El vicepresidente Julio Cobos no deja de sorprender a propios y ajenos. Siendo gobernador se acercó al gobierno de Néstor Kirchner y lo cautivo la transversalidad convirtiéndose en radical K. Media bien y mostró cierta concordancia de ideas con el modelo del gobierno nacional. Así fue que llegó a integrar la fórmula presidencial junto a Cristina Fernández de Kirchner.
No pasó mucho tiempo de jurar ante el país, y pedir que “si no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden” , que se dejo tentar por los placeres del poder. Las voces aduladoras le llenaron los oídos de promesas y le pintaron un futuro donde él sería el jefe. Que en realidad él tenía que tener el poder y no una mujer. Que tenía que sacarse de encima semejante afrenta masculina. Una mujer dominándolo todo no entra dentro de los cánones del mundo gobernante machista. Así llegó el primer enfrentamiento, fue de madrugada y se escuchó: “mi voto es no positivo” con un hilo de voz y ante el descreimiento de toda la sala que ya había votado. Así caía la 125 y surgía el súper héroe de los campos y los multimedios. La crema de la derecha lo catapultó a la presidencia, fue el elegido. En ese momento Elisa se sintió desplazada y lo critico de ser participe de una conspiración junto Duhalde contra la presidenta Fernández.
Su imagen crecía y nadie dudaba que era el hombre indicado, el que llevaría adelante los pedidos de los poderosos. Habían encontrado quien les devolvería el poder para seguir haciendo del país un lugar más lucrativo y beneficioso para sus planes de altas ganancias y pocos impuestos. Aunque en la vista nublada por la emoción no pudieron ver lo débil que era ese ídolo que encumbraban.
Siguió avanzando y pensando que era cierto que el lugar en el sillón era de él, que le pertenecía por derecho por que ya había traicionado, que sus amos se lo habían prometido y tenían que cumplir.
Néstor y Cristina, no entraron en la pelea y lo desplazaron del centro de la escena con proyectos, con obras, con derechos, con toda la transformación posible para beneficio de todos y para todos. Julio siguió aferrado a su puesto y no permitió que nadie le sugiriera la renuncia, él no presentaría la renuncia por que lo habían elegido para eso.
El tiempo paso y varias veces se hizo cargo del gobierno al viajar la presidenta. Nunca firmo nada, pero se reunía con la oposición y los empresarios que eran sus amigos en ámbitos gubernamentales. Se sentía cada vez más dueño de esa posición. Se regodeaba y se bandereaba yendo con la investidura a cada evento importante.
Había sido borrado de los anales del radicalismo, pero ahora lo perdonaban y volvía como el hijo prodigo y con la candidatura bajo el brazo. Esto lo impulsó a presentar un proyecto de ley de Servicio Cívico Voluntario, que fue aprobado en la cámara alta. Le siguió otro desempate contra el gobierno nacional aprobando la ley del 82% para las jubilaciones, dando una nueva muestra de desobediencia y traición al proyecto que lo había llevado al poder, que ahora lo trataba de ocupa.
Cobos es el candidato que aun no define aunque dice que se presentará en las elecciones primarias simultáneas, abiertas y obligatorias del Agosto próximo. Pero no entrará en la contienda previa del 30 de Abril contra Ernesto Sanz y Ricardo Alfonsín, propuesta desde la Mesa Directiva del Comité Nacional de la UCR.. En el último fin de semana Cobos asistió al conteo de votos en la Provincia de Catamarca y ante la foto que no fue, la depresión y el desconsuelo le hizo sugerir a sus 2 oponentes radicales hacia la presidencia, que lleguen al consenso y suspendan la interna de Abril. Además ofreció bajar su candidatura y entre líneas auguró un triunfo del gobierno nacional.
Marcelo Sordi
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