martes, 11 de mayo de 2010

PROSTITUTA A LA FUERZA (TRATA DE PERSONAS)

EZEIZA

"Me drogaron y desperté con una persona arriba"

Una mujer víctima de la trata de personas le contó su calvario a 24CON. Vive en el mismo barrio que su entregador. Cómo escapó del prostíbulo.
por
Guillermo Zanetto
Graciela Cañette logró escapar del cautiverio y la explotación sexual

Nadie vio nada. Como suele suceder cuando alguien es víctima de un delito, nadie vio cómo a metros de la estación de trenes de Ezeiza, sobre la transitada ruta 205 y a plena luz del día, tres hombres bajaban de una camioneta y secuestraban a Graciela Cañette (24) para llevarla al infierno de la esclavitud sexual, con sede en Entre Ríos. Luego de tres días de sometimientos, logró escapar y cuenta su historia.

El encuentro con 24CON estuvo pautado en un bar frente a la estación, el escenario en donde comenzó su odisea en octubre del año pasado, tres días antes del día de la madre. Un conocido citó a Graciela allí con el pretexto de una oportunidad laboral para confeccionar trajes de carnaval. Con tres hijos, sin pareja ni trabajo, no dudó en acudir a una propuesta tan tentadora como engañosa.

El secuestro


“Un amigo de la familia de hace mucho tiempo me dijo que me había conseguido trabajo en una comparsa de Gualeguaychú, como costurera. Me citó acá para llevarme, pero nunca apareció. Cuando me iba, llegó una 4 x 4 negra con vidrios polarizados de donde bajaron tres personas”, relató Graciela, con la voz quebrada y la mirada de desconfianza y dolor que desde entonces la acompañan.

“Me subieron a la fuerza y me dieron de tomar algo que no se que tenía, pero que me durmió hasta llegar allá. Me desperté tirada en el piso, con una persona arriba mío, que después se fue. Estaba en una piecita de madera, con una cama. Un travesti de ahí me dijo que estaba en un prostíbulo de Gualeguaychú, Entre Ríos”, recordó. Era con la única persona que se comunicaba y quien la ayudó a escapar. En el lugar funcionaba un bar y pool en la planta baja con habitaciones en el primer piso.

En este transitado paso a nivel se llevaron a Graciela. No hubo testigos.
El cautiverio

“Mis hijos se quedaron con mi mamá y para el día de la madre me devolvieron el teléfono y me dejaron mandarles un mensaje avisando que estaba bien. Como no me podía mover, lo escribió el travesti”, explicó. Pero a esa altura las condiciones en las que se encontraba ella y otras chicas en la misma situación eran las peores imaginables.

“Era horrible, nos tenían todo el día drogadas, maltratadas, quemadas. No nos daban de comer, ni siquiera agua. No te podés mover de tanta droga que te dan, no tenía fuerzas para levantarme. Y no podía dormir por pensar en mis hijos, en querer irme para estar con ellos y con mi familia”, relató.

Abandonada en esa pieza sin posibilidades de reaccionar, fue sometida a constantes abusos. Llegaba a ver y escuchar a las otras chicas reducidas a esclavas sexuales, pero ellas estaban aún en peores condiciones, dado que hacía más tiempo que se encontraban cautivas. “Ya estaban resignadas, como acostumbradas”, explicó. Sin embargo, ese mismo día de la madre se presentó la posibilidad de escapar y Graciela no la dejó pasar.

La fuga

“La travesti sabía que yo tenía hijos, se conmovió y me propuso fugarme”, recordó. Y agregó que esta persona tenía contacto con los dueños y sabía que se iban a pasar algunas horas con la familia y el lugar quedaría sin vigilancia. “Se llamaba algo así como ‘Maira’ y le dije que sí, que me ayude a irme”.

“Nos colgamos por una de las ventanas del primer piso y una vez afuera me ayudó a correr y llegamos a la estación de micros de Gualeguaychú. El travesti me sacó el pasaje, me devolvió el celular y me dio cien pesos para volver de Retiro a Ezeiza”, contó.

Pero la suerte no estaba del lado de Graciela. Ese día no había micros y debió pasar un día entero en la terminal de ómnibus, refugiada en un bar, con miedo de que la obliguen a volver. “Allá no pude contar nada, tenía mucho miedo. El travesti me decía que el comisario entraba y salía del prostíbulo, no quería que me hagan volver ahí”, aseguró. Una vez de regreso en Buenos Aires, luego del reencuentro con su familia, hizo la denuncia policial.

La investigación
“Cuando se hizo la denuncia en la fiscalía, no se trató como un tema de trata sino que lo caratularon como abuso, así que tuvimos que luchar para que se cambie esa carátula”, aseguró Juan Carlos Yaggi, abogado de la víctima. “La figura de trata implica secuestro, privación ilegítima de la libertad, traslado de provincia y sometimiento a prostitución, este era un caso típico”, aseguró. Una vez en terreno federal, en el juzgado N°2 de Lomas de Zamora, se avanzó con la investigación.

En Ezeiza se investigan varios casos similares.
“Se logró el allanamiento del lugar, hubo detenidos –incluído el travesti- y se liberaron varias chicas, pero estos datos están en secreto de sumario”, explicó el asesor legal y aseguró que la trata de personas es la segunda actividad ilegal que más dinero mueve después del tráfico de armas y por encima del narcotráfico.

Pero tal vez lo más preocupante sea que según Gabriela Capurro, quien asiste a Graciela y trabaja en conjunto con la ONG “La casa del encuentro” para luchar contra este flagelo, este caso no es aislado, sino que sólo en Ezeiza se investigan tres casos más sin contar la desaparición de Roxana Núñez (21), hace más de un año.

La promesa
Hace poco tiempo 24CON siguió la noticia del encuentro que mantuvo el Intendente Granados con víctimas, familiares, ONG´s especializadas y diputadas nacionales (ver nota relacionada).
En esa ocasión, el jefe comunal se comprometió a proveer a Graciela de una casa, protección y asistencia integral.

El motivo, es que hasta el día de hoy convive en el mismo barrio –villa golf- con su supuesto entregador y también con una vecina que la habría marcado para que la secuestren, una situación que la pone en riesgo de posibles represalias. Graciela, aún espera confiada que Granados cumpla con lo pautado para olvidar el horror para siempre junto a sus hijos.

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