
La mandataria le obsequió al Sumo Pontifice argentino un equipo de mate con un termo de acero y recibió a cambio un grabado en mayólica de la plaza San Pedro.
Sin acartonamientos, lejos de las diferencias con Jorge Bergoglio, Cristina abrió cada uno de los regalos y le explicó. En un momento lo tomó con afecto del brazo y se disculpó diciendo: "Perdón, cierto que al Papa no se lo toca, no se le da un beso".
Francisco sonrió y de inmediato le dio un beso.
-Nunca me besó un Papa -reaccionó la presidenta.
Luego le presentó la comitiva oficial, integrada por el canciller Héctor Timerman, el embajador ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero y el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro.
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