viernes, 13 de junio de 2008

NI UNOS NI LOS OTROS

Gobierno VS Campo
Es imposible dejar de ver la preocupación, el fastidio y hasta la bronca reflejada en la cara de los argentinos en estos días. La verdad no es para menos. Nos estamos enfrentando a una situación donde no es tan fácil tomar posición. Todos tenemos parte de verdad, pero no toda verdad es importante por sí sola. Cada verdad es importante dentro del contexto en que se genere. Si bien es importante entender que hay gente que depende de las condiciones climáticas, el rendimiento y hasta de la suerte para poder sentirse satisfecho de su trabajo. Hay otros que no tienen trabajo y por lo tanto jamás estarán satisfechos. Otro tanto pasa con aquellos que tienen trabajo pero ganan tan poco que no pueden cubrir sus mínimas e indispensables necesidades básicas. Cada uno tiene su verdad y no es la verdad del otro.
Hoy nos encontramos inmersos en un dilema y sólo si se llega a resolver traerá la tan nombrada paz social. La sociedad está conmocionada, convulsionada, entristecida. Bajo el consumo y subió el miedo al futuro. Bajo el dólar y subió la inflación encubiertamente. Hay quien aprovecha para ganar más con la necesidad y el desabastecimiento. Hay otros que tiran la comida en lugar de preocuparse en que llegue a quien la necesita. Pero están aquellos que ni sufren ni pasan hambre, que no saben lo que es el miedo al futuro, que no tienen más por que no saben que necesitan. Sus necesidades están bien satisfechas, por que viven en la opulencia.
Ni el campo ni el gobierno tienen la razón. Los gobernantes deben velar por el bienestar general, tratando que las medidas que decidan llevar adelante tengan el menor impacto negativo para los diferentes sectores del pueblo. No se puede recriminar ni culpar a un sector de ser el culpable del padecimiento de otros. Pero si tratar de equiparar y compensar para eliminar las desigualdades sociales. El equilibrio tiene que primar y en consecuencia se debe buscar el consenso y el dialogo permanente con todos los sectores. En definitiva el gobierno es el intermediario y arbitro en todas las cuestiones sociales y económicas. Por su parte los representantes de otros sectores, ya sea campo u oposición política no se pueden embanderar en reclamos por la fuerza o apoyando medidas de agresión. No pueden negarse a tributar cuando el peso de la ley rige en acuerdo con la justicia. No pueden creer que tener el poder económico los convierte al resto en mercancía con precio posible de compra. Nadie debe creer que puede comprar la voluntad y menos la libertad de la personas. Nadie tiene el derecho de hacer trabajar al obrero más de lo que la ley decreta y menos promover el trabajo infantil o esclavo. Nadie debe permitir que la economía dirija la vida de los ciudadanos. La economía debe servir para satisfacer las necesidades de la población y dar alivio y distracción al trabajador.
El campo no dice la verdad y niega a la sociedad la posibilidad de consumir y satisfacerse. El gobierno es el responsable de permitir que esta situación haya llegado a extenderse tanto para perjudicar al ciudadano común que vive del trabajo de sus manos. El campo es el culpable de contratar mano de obra mal paga y provocar el trabajo infantil para poder sumar una entrada al grupo familiar. El gobierno es responsable por no garantizar la formación y la educación de los chicos que abandonan la escuela para trabajar por que sus padres no tienen sueldos dignos. El campo es evasor y debe dejar de serlo en beneficio de toda la sociedad. El gobierno, en cualquiera de sus denominaciones y color, es el responsable por no haber cuidado firmemente que entre en las arcas los impuestos de todos los ciudadanos. El campo es el culpable de cortar los caminos y no permitir la libre circulación garantizada en la constitución nacional. El gobierno es el responsable de no haber hecho cumplir la ley y permitir el desabastecimiento por necios y egoístas métodos de negociación. Ambos son culpables y responsables de la situación que atraviesa el país. Y sin embargo se sientan relajadamente con su whisky y su puro a esperar la rendición de su contraparte como si fuera un juego de ingenio, mientras que los que sufren y se perjudican no son ellos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Clarín publicó el domingo pasado la siguiente frase: La necedad clausura la puerta de entrada a la razón. Yo se la dedico al Gobierno y a los ruralistas. creo que a esta altura de los acontecimientos ambos se la merecen. Si les parece pásenla a cuantos conozcan.

Anónimo dijo...

Una mirada hacia la reflexiòn...
por que la resigancion es el suicidio cotidiano...


El golpe está en marcha
por Rubén Dri

El golpe está en marcha. Uno puede cerrar los ojos y negarlo, pero hoy no es posible dudar. 'Si nos quedamos acá tenemos que estar dispuestos a lo peor'; 'estamos en guerra'; 'esto es una revolución'. Son frases que jalonan los cortes de ruta motorizados por una derecha que sabe lo que quiere y una izquierda estúpida que cree que está haciendo la revolución.
Lo que está en marcha es efectivamente una 'revolución', pero una revolución conservadora neoliberal que quiere la anulación práctica del Estado, que de una u otra manera entorpece sus sucios y multimillonarios negocios. De parte del gobierno hay una parálisis sumamente peligrosa. Las acciones de ayer, el intento de abrir la ruta 14, no hicieron más que potenciar la marcha de la derecha golpista. Narra el evangelista Marcos que cuando Jesús llega con los militantes de su movimiento a la población de Betsaida le presentaron un ciego para que lo curase. Jesús 'después de mojarle los ojos con saliva, puso sus manos sobre él y le preguntó '¿Ves algo?', el ciego que empezaba a ver, dijo: 'Veo a los hombres como si fueran árboles que caminan''. Gran parte de la sociedad ve la marcha del golpe como si fuesen árboles que caminan. Continúa la narración: 'Luego, le puso nuevamente la mano en los ojos y éste empezó a ver perfectamente y quedó sano, ya que de lejos veía claramente todas las cosas'. El verbo griego utilizado enéblepen, pretérito imperfecto de blépo, no significa sólo ver, sino ver críticamente. Todo el pasaje se refiere a la comunidad que debe abrir los ojos y comprender qué está sucediendo. Una de las mentiras más perversas de las tantas con que la gran prensa nos inunda todos los días es la de la lucha de los 'pequeños productores' como si éstos actualmente estuviesen en la Federación Agraria, en la que, en realidad, están los rentistas, que mientras sus campos siguen produciendo pueden darse el lujo de pasar sus días en la ruta.
Los pequeños productores están en otra parte, en el Mocase, en el Mocafor, en el Mocaju, en el Mam, en una palabra en el Frente Nacional Campesino que debe luchar a brazo partido para que los que hoy cortan ruta no los despojen de sus campos. Éstos no podrían hacer un paro indefinido. Sólo los ricos lo pueden hacer. Las luchas de clases nunca se presentan en estado puro. Las contradicciones atraviesan a los distintos bloques que continuamente se forman. Hoy hay con claridad dos bloques atravesados por multitud de contradicciones internas. El bloque de la derecha pretende, como dice la inefable Carrió, que expresa a todo el pueblo. Con claridad hay que decirlo: En ese bloque como en el otro hay múltiples contradicciones, pero su triunfo sería el triunfo del neoliberalismo con todo lo peor de su negra historia. Las múltiples contradicciones del otro bloque, especialmente la no ruptura de la estructura neoliberal, la no recuperación de los hidrocarburos, la política minera y otras yerbas hacen que no sea fácil acompañarlo en esta lucha. Pero no hay opciones. Si el golpe de derecha triunfa habremos retrocedido trágicamente y entonces, a todos los que se desentendieron habrá que decirles: ¡A llorar a la Iglesia!