sábado, 29 de marzo de 2014

DOCENTES EN LUCHA QUE VUELVEN A LAS AULAS

Después de 17 días al fin comenzaran las clases en la Provincia de Buenos Aires sin antes dejar jirones de la pelea. Los docentes bonaerenses pelearon duro con cuanta fuerza se interponía en su camino como aquellos héroes que terminan dando batalla a los gigantes y al fin salen victoriosos.
Comenzaron su lucha hace varios años, pero los hitos más importantes para entender este periodo tan extenso de paro laboral los tenemos que buscar en el pasado. Un pasado que ha menospreciado a los formadores de generaciones tras generaciones y que han hecho mella en sus almas. Se ha dicho que ser docente se conseguía teniendo una gran vocación y que era casi un apostolado, presentando a los maestros como aquellos que dedicaban sus días a enseñar el evangelio con su consigna “no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.”(Mateo 6:29) Pero eran maestras de escuelas que decidían vivir con poco en un principio o eran las esposas de algún acaudalado que misericordiosamente trataba de mejorar la situación de los más desprotegidos dándoles educación y formación de lectoescritura.
Las épocas cambiaron y de los maestros clérigos y maestras acaudaladas y revolucionarias llegamos a una actualidad muy diferente. Donde las maestras y profesores viven de su salario, del trabajo que no solo se hace dentro de las aulas, sino en el tiempo que pueden quitar a su descanso o tareas de la casa. La preparación docente es más exigente y lleva años, tal como el que se prepara para ser ingeniero o abogado. Pero con diferentes situaciones al correr el tiempo. Los que enseñan llevan adelante la formación de mejores generaciones educadas e instruidas a tal punto de ser reconocidos internacionalmente por la calidad educativa de nuestra Nación y por ende siendo visitada por miles de extranjeros que estudian en nuestra tierra.
En estos últimos años los educadores han sido agredidos verbal y físicamente, han sido menospreciados por gobiernos económicamente opuestos a la mejora del sistema educativo, que han vaciado de contenido curricular y no se han preocupado por las construcciones donde los jóvenes estudian y los docentes trabajan. Estos gobiernos neoliberales propiciaron la aparición de escuelas factorías, donde los docentes pasaron a ser meros empleados para ayudar al propietario a generar  su riqueza. Estos nuevos empleados perdieron los derechos fundamentales y comenzaron a ser oprimidos por sus patrones, juzgados por los padres que “pagan y se creen con derechos extras”, impedidos de solicitar aumento de sueldo o tal vez tomar licencia por enfermedad. Estos pacientes docentes se encuentran en un sistema capitalista que avanzo a las organizaciones que controlan la educación pública.
La educación pública en nuestro país ha sido deteriorada constantemente. En periodos más que otros, pero llegado el presente es inocultable el ninguneo y menosprecio que las autoridades ejercen sobre los trabajadores de la educación.  Han sido acusados de ser vagos, tomarse más licencias de las necesarias, tener 3 meses de vacaciones, de hacer paro para no dar clases, de no acatar las reglas capitalistas de conciliación “obligatoria” y oponerse a la orden de los jueces. Todo esto no ha hecho más que mellar lo más profundo del corazón. Aquellos que fueron tenidos como paradigma de ser personas importantes en el estrado de las profesiones, ahora son pisoteados, maldecidos y llevados a la confrontación por los malos lugares laborales y los magros salarios que obligan trabajar doble y triple turno para poder cubrir su canasta familiar.
Pero lo que no calculaban desde los escritorios gubernamentales es que se pusieron en contra a los más peligrosos enemigos, que formaran las próximas generaciones “metiendo” en esas frágiles cabecitas la importancia de la lucha obrera, de ganar los espacios de poder y de enfrentar a los gobiernos intransigentes y violadores de los derechos fundamentales. En la provincia de Buenos Aires se libro otra lucha con los docentes y no fueron las corporaciones las que ganaron. Los docentes bonaerenses vuelven  y comienzan las clases pero ya no son los mismos y lo que enseñen estará atravesado por sus vivencias. Por último recuerden que esas indefensas y dulces maestras, esos profesores desgarbados y raros son los docentes que luchan,  protestan y también están enseñando.


















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