jueves, 16 de abril de 2009

Sólo se fumigó en zona norte de la ciudad

11-04-2009 / Los habitantes de las villas de emergencia, ubicadas en el sur de la ciudad, y próximas al Riachuelo, dicen que las tareas de prevención no llegan.
Por Demián Verduga dverdugal@miradasalsur.comUna camioneta, que tiene inscripto el logo del Gobierno porteño en la puerta y lleva en la caja una máquina fumigadora que expulsa insecticida, recorre los alrededores de los lagos de Palermo. También hay varios hombres, entre los árboles, vestidos de blanco, que llevan en sus espaldas mochilas, que son máquinas para fumigar. Es lógico: el agua estancada del lago, los árboles y amplias extensiones de pasto son un hábitat ideal para que el mosquito Aedes aegypti, que transporta el dengue, se reproduzca y crezca. Sin embargo, en el otro extremo de la ciudad, cerca del Riachuelo, donde también hay agua estancada, calles de barro, basurales, cementerios de autos y donde viven decenas de miles de personas, en villas de emergencia, no se ve a ninguna camioneta del Gobierno de la Ciudad; tampoco a los hombres de blanco. Un vecino de la zona dijo, entre asustado e indignado, a Miradas al Sur: “¿qué están esperando para venir a fumigar acá, que tengamos un caso de dengue?”.La persona que pronunció esas palabras es Máximo Quispe, coordinador de la organización social Tupac y habitante de Ciudad Oculta. Al igual que el resto de las villas de la zona sur –la 20, la 1-11-14 y la 6, entre otras–, en ese barrio todavía no se fumigó contra los mosquitos. Allí viven 25 mil personas y la mayoría de las calles son de tierra. Por lo tanto, el agua, de la lluvia o de caños rotos, se estanca. “Esto es ideal para que los mosquitos crezcan”, dice Quispe señalando un charco, mezcla de agua y barro, debajo de sus pies. Además, en uno de los principales puntos del barrio, en la calle Crisóstomo Álvarez al 5900, hay un basural que “tiene 1.200 metros cuadrados”, dice Quispe, que ha calculado con exactitud la extensión del imponente cementerio de deshechos. Entre las botellas de plástico, los papeles y restos de comida se ven mosquitos. “Es urgente fumigar acá”, remata indignado Quispe. Y siguiendo la recorrida señala un hueco en la calle, a pocos metros del basural. Se trata de una boca de tormenta destapada. “Vinieron a arreglar las cloacas, pero todavía no terminaron y quedó así”, agrega Quispe. Al mirar dentro de la boca de tormenta se ven las aguas servidas. Lo que puede definirse como un paraíso para los mosquitos. “Le dieron prioridad a la zona norte de la Ciudad, eso es lo que pasa. No es que esté mal fumigar Palermo. Pero en el sur es donde vive el sector más vulnerable de la población. No puede ser que todavía no se haya hecho nada allí”, dijo al ser consultada por este diario la legisladora porteña, Gabriela Alegre, que pertenece al bloque de Diálogo por Buenos Aires y es miembro de la comisión de salud de la Legislatura. –¿Qué otras tareas de prevención son necesarias en esos barrios?– consultó Miradas al Sur. –Es muy importante ver cómo distribuir gratis el repelente para los mosquitos en las villas de emergencia. Hay algunos comerciantes que, porducto de la situación, están especulando y aumentando el precio– dijo Alegre. Al respecto, Miradas al Sur, recorrió varios negocios de la Ciudad consultando el costo del repelente. El precio variaba entre 8 y 12 pesos, según la zona. “Estamos en un contexto donde hay que aplicarselo varias veces por día. Para una familia numerosa, de bajos recursos, es un gasto muy alto”, remató Alegre. Ese es el caso de Isabel Rodríguez, habitante de Ciudad Oculta, que asegura que el repelente “se me acabó enseguida, al otro día que lo compré. Imaginate, tengo cuatro pibes. Y acá en el barrio hay familias que tienen más hijos todavía”. Ante una consulta realizada por este diario, el Ministerio de Desarrollo Económico porteño, informó que en los próximos días comenzarían las tareas de fumigación en las villas de emergencia de la zona sur. Voceros de esa cartera aseguraron que ya se había realizado el operativo en la Villa 31 de Retiro y en el barrio Rodrigo Bueno, cerca de la reserva ecológica. A pesar de esta información, los vecinos de Ciudad Oculta desconfían. “Yo no sé. Hasta que no lo veo no lo creo”, dijo Quispe. “Nosotros siempre somos el último orejón del tarro”, remató. No se puede culpar a una sola administración porteña por la postergación histórica de la zona sur de la Ciudad. Pero en una situación de emergencia, como es la posibilidad de que el brote de dengue comience a sentirse con fuerza en los barrios, las zonas donde viven los más pobres, que tienen perores condiciones edilicias, menos acceso a la salud y defensas más débiles, por la mala alimentación, deberían ser las primeras en fumigarse, no las últimas.
http://www.elargentino.com/nota-36342-Solo-se-fumigo-en-zona-norte-de-la-ciudad.html

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