viernes, 19 de octubre de 2012

Un premio que es una afrenta a los pueblos del mundo

Eduardo Lucita (LA ARENA)

En la UE no ha habido enfrentamientos entre sus miembros, no obstante su contribución a los DDHH está en cuestión como para ser reconocidos con el premio a la Paz. Se pretende ignorar que es uno de los mayores exportadores de armas en el mundo o el respaldo a regímenes represivos y apoyo explícito a guerras.

Justo el día en que se conmemora el mal llamado "descubrimiento" de América el Comité noruego le otorgó el Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea (UE), en momentos en que el bloque atraviesa por la peor crisis económica y social desde su creación. Sorpresa e indignación corren parejos.

Premiados

El de la Paz es uno de los cinco premios instituidos por su creador, el inventor e industrial sueco Alfred Nobel. De acuerdo a lo estipulado en su testamento, se otorga "a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz".

Desde su creación, en 1901 fue otorgado a 98 personas. Entre ellas Albert Lutuli (1960), Martin Luther King (1964), Le Duc Tho (1973), Adolfo Pérez Esquivel (1980), Desmond Tutu (1984), Rigoberta Menchú (1992), Nelson Mandela (1993) y Yasser Arafat (1994), luchadores todos por los derechos humanos y la paz en el mundo. Pero también se lo dieron al secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger (1973) y al ministro israelí Menájem Begín (1978)

El más revulsivo

Pero el premio más revulsivo, al menos hasta ahora, lo fue el otorgado al presidente Barak Obama (2009), "por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos". Conviene recordar que al momento de su nominación Obama solo llevaba días en el cargo y apenas ocho meses ejerciendo la presidencia cuando se lo otorgaron. En realidad fue un premio potencial, ya que salvo discursos nada concreto había logrado, pero si era el comandante en jefe de las dos principales guerras en desarrollo en ese momento y en las que Estados Unidos fue su principal promotor (Irak y Afganistán).

El premio a la UE

No es esta la primera vez que se otorga a una institución u organización, ya antes se lo habían dado a una veintena, entre ellas al Comité Internacional de la Cruz Roja (en 1917, 1944 y 1963); a la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (en 1954 y 1981); a Médicos sin Fronteras o al Grupo Internacional de Expertos en Cambio Climático (2007). Sin embargo este año le fue entregado a una institución supranacional que expresa la unión de un conjunto de países.

No deja de ser paradojal que la población de Noruega, país donde se decide la adjudicación, haya rechazado en 1972 y en 1994 integrar la UE, a quién ahora se le da el premio.

La razones del premio

Según el presidente del comité de cinco miembros encargado de entregar el galardón, Thorbjoern Jagland, éste le fue conferido a la UE por su "contribución al progreso de la reconciliación, la paz, la democracia y los derechos humanos en Europa".

El Comité noruego no tuvo en cuenta el rol históricamente imperialista que jugaron varios países de los que integran el bloque, sea en Africa, en Asia o en nuestra América latina. El Nuevo Mundo para los colonizadores europeos o la tierra en plena madurez y vital (Abya Yala) para los pueblos originarios. Dejando en el olvido lo que ha sido uno de los saqueos y genocidios más grandes de la historia.

Por el contrario el Comité consideró "el papel estabilizador que ha desempeñado la Unión Europea que ha contribuido a transformar a la Europa, otrora destruida, de un continente de guerra a un continente de paz".

Hechos y olvidos

Sin dudas desde su creación por el Tratado de Roma en 1957 como Comunidad Económica Europea (CEE), y en 1993 por los Acuerdos de Maastrich como UE el continente no ha sufrido enfrentamientos armados entre sus países miembros, no obstante su contribución a los DDHH está en cuestión. Se pretende ignorar, que desde su fundación a la actualidad ha sido uno de los mayores exportadores de armas en el mundo. Particularmente Alemania, Francia, Holanda y el Reino Unido que han vendido grandes cantidades de armamentos a Grecia y Libia por ejemplo.

También que en los últimos 55 años el bloque ha respaldado a innumerables regímenes represivos. O que guardó silencio cómplice o dio apoyo explícito a bombardeos como los de Israel a la Franja de Gaza, o las matanzas y persecuciones en la ex Yugoeslavia, o recientemente en Libia y ahora en Siria. Que ha promovido o consentido golpes de Estado como en Costa de Marfil y que ha hecho la vista gorda en nuestro subcontinente cuando los casos de Honduras y de Paraguay.

Mientras por el acuerdo de 1995 se permite el libre transito de un país a otro de los ciudadanos comunitarios, esos mismos ciudadanos conviven con los llamados centros de internación de extranjeros. Es allí donde van a parar sin contemplación alguna los migrantes y sin papeles, expulsados por las sequías, el hambre y la desocupación en sus países.

Crisis económica y social

Lo que no ignora el comité noruego es que la UE de los 27 países miembros atraviesa la más grave crisis desde su creación. Una situación que sin solución de continuidad se desenvuelve desde el 2008 y que no tiene miras de solucionarse en el corto plazo. Por el contrario no se ve otro futuro que no sea una agravación de las condiciones del presente.

Obviamente el Comité no desconoce el impacto que las políticas de ajuste impuestas por la troika (FMI, BCE, CEE) están causando en la población de la comunidad. Según la oficina de estadísticas de la UE más de 25 millones de personas están sin trabajo en todo el bloque, de ellos 18 millones en las naciones de la eurozona, y estos indicadores están en ascenso. Tampoco que las políticas de austeridad aplicadas en forma combinada, bajo el férreo control de Alemania, por numerosos países para hacer frente a la crisis de la deuda pública y el déficit fiscal, están desmontando los restos del Estado del Bienestar, desprotegiendo a los trabajadores, beneficiando a los bancos y llevando al empobrecimiento a varios países de la zona euro. Dramáticamente Grecia ocupa el primer lugar al borde de una crisis humanitaria, pero no son muy distintas las perspectivas en España, Portugal o Italia. Y ya ha comenzado el ajuste en Francia y el Reino Unido.

No pasa día en cada uno de estos países en que la reacción social no se haga notar, al mismo tiempo las informaciones que nos llegan en tiempo real dan cuenta de las medidas represivas que toman los gobiernos de la UE contra sus pueblos.

Es en este escenario en que se le ha otorgado a la UE el Premio Nobel de la Paz. No tiene otra explicación que el intento de legitimar por esta vía las políticas de ajuste y austeridad.

Eduardo lucita es integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda
FUENTE http://www.argenpress.info/2012/10/un-premio-que-es-una-afrenta-los.html

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