jueves, 30 de octubre de 2008

AFJP: En Chile se caen y pueden nacionalizarlas como en Argentina

29 de octubre de 2008
Los fondos de pensiones chilenos: de la crisis al drama

EFE
Desde Chile se ha visto con cautela la polémica decisión del gobierno argentino de nacionalizar las AFPJs.
Paul WalderSantiago, Chile
Hacia el comienzo de la última semana de octubre los fondos de pensiones de los trabajadores chilenos habían continuado su desfonde. En los distintos mercados e instrumentos financieros, colocados en diferentes plazas bursátiles y mercantiles, estos fondos habían perdido más de 32 mil millones de dólares, o un 26 por ciento respecto al volumen que tenían en julio del año pasado, período cuando emerge la crisis de las subprimes. Una merma gigantesca, que al menudeo se ve mucho peor: el fondo A, que coloca el total del capital en acciones, se redujo en un 41 por ciento, y el B, con una alta proporción de sus recursos también en renta variable, cayó un 32 por ciento. Incluso el fondo E, de renta fija, también tuvo una merma: en el periodo bajó 0,58 por ciento.
El drama para los futuros jubilados chilenos es aún mayor y también más extenso. Una mayoría de los afiliados ha colocado sus ahorros en los fondos riesgosos y en los muy riesgosos. Más del 40 por ciento está en las carteras A y B, en tanto ni el cinco por ciento en la E. Un riesgo que no cesa. Suma y sigue. Cada día que caen las bolsas mundiales ¿así fue la semana del 20 al 24 de octubre y así ha comenzado la semana del 27- aumentan las pérdidas.
Desde antes de la crisis ya eran conocidas las grandes falencias del sistema, lo que llevó al gobierno de Michelle Bachelet a realizar su reforma previsional, que otorga un subsidio a todos quienes no logren reunir la cantidad suficiente para una pensión mínima. El economista Marcel Claude nos recuerda los otros grandes males del sistema. "Cerca de un 60 por ciento de lo trabajadores no tiene al día sus cotizaciones debido a la precariedad del empleo en Chile. Esto contribuye a que casi el 50 por ciento de los trabajadores no alcanzará a autofinanciar su pensión, equivalente al mínimo garantizado. Y, en muy corto plazo, el Estado deberá subsidiar más de la mitad de las pensiones". Si ya antes de la crisis el modelo no lograba cumplir con el objetivo de otorgar una pensión digna -que permita al jubilado mantener su nivel previo de vida o no bajarlo de forma violenta- , la crisis ha convertido el problema en un drama.
El economista Manuel Riesco, de Cenda, es uno de los mayores expertos en la materia. Y es también uno de sus mayores críticos. Desde hace más de una década ha venido siguiendo el deterioro de los fondos y alertando a las autoridades. Poco se le ha escuchado. Menos se le ha atendido.
Sobre la base de datos de la Superintendencia de AFPs, se puede observar que desde el 25 de julio del año pasado al 23 de octubre del 2008 todas las administradoras han perdido. Y mucho. Capital inicia la merma, con una resta del 28 por ciento. Le sigue Planvital, con menos 26 por ciento; Provida, con un retroceso del 24,2, Cuprum, con menos 23 y Habitat, con una caída del 22 por ciento. Un desplome de los fondos que también ¿y cómo si no- tendrá sus efectos en las utilidades de las administradoras. El lunes pasado el presidente de la Asociación de AFPs, Guillermo Arthur, quien fuera ministro del Trabajo durante la dictadura de Augusto Pinochet, les explicó a los corresponsales que sus empresas representadas tendrán "muy malos resultados" debido a las pérdidas de los fondos. "Los balances de las AFPs este año desgraciadamente van a ser muy malos, porque vamos a seguir la misma suerte de los fondos", explicó.
El gobierno pide calma. "Los fondos están a buen resguardo", dijo la semana pasada el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, llamado que ha enfurecido a no pocos ciudadanos, entre ellos a Riesco. El economista comentó a Terra que eso no es verdad. "Evidentemente no están a buen recaudo fondos que desde el inicio de la crisis y hasta el 20 de octubre del 2008 han reconocido pérdidas reales de 16 billones de pesos, que equivalen a -26% del fondo total".
En su blog, Riesco también escribió: "El Ministro debe explicarles a los ahorrantes del fondo A, que a agosto eran 1,3 millones de personas, cómo es posible que fondos tan bien resguardados hayan perdido un 40,58% de su valor en pocos meses. Algunos afiliados de mayores ingresos han perdido ¡40, 60 y en algunos casos más de 80 millones! ¿Qué laya de resguardo es esa? Debe explicar a los 3,7 millones de personas que tienen sus ahorros en el fondo B qué tan bueno es este resguardo que en un año les ha hecho perder -31,22% de sus fondos".
Ante el recorte de las futuras pensiones, las autoridades diversas sólo reiteran el llamado a la calma. A no hacer nada. Han sugerido en numerosas ocasiones que nadie se cambie de fondo y como argumento apunta hacia el tiempo, el largo plazo. Como el avestruz, que esconde ante el peligro la cabeza en un agujero, comenta con ironía y molestia Riesco.
Porque el malestar crece. Hay grupos de afiliados que han presentado demandas ante los tribunales de justicia contra las AFPs por la mala administración de sus ahorros, querellas que ha apoyado el senador socialista Alejandro Navarro. El problema es tan grave, ha dicho el senador, que "quienes estaban pensando en jubilar este año o el próximo, claramente no lo harán, y deberán trabajar 8 ó 10 años más para recuperar la plata".
Pero aún más grave, según Navarro, ha sido la reacción del gobierno y de las AFPs. "Desde hace más de un año se venía advirtiendo sobre lo que iba a pasar y no se hizo nada para proteger estos importantes recursos. Por eso, cuando en Estados Unidos y Europa lo que vemos es una activa intervención del Estado en bancos y empresas, nosotros demandamos la misma actitud de nuestras autoridades respecto de este tema".
Cuando el gobierno argentino nacionalizó los AFPJs, -que a diferencia de Chile sólo administran la mitad de las jubilaciones- la reacción en Chile fue de un rechazo total: desde el gobierno, las autoridades económicas a los ejecutivos de las AFPs condenaron la decisión.
Se rechaza esa posibilidad, pero no se ha propuesto una solución. Y se caldean los ánimos. Este lunes los trabajadores de la salud agrupados en Confenats llamaron a copar las calles y manifestarse frente a las administradoras. Un llamado que trasciende a sus afiliados y toca al universo completo de los trabajadores chilenos, que se eleva a más de seis millones de personas.

Terra Magazine

miércoles, 15 de octubre de 2008

"Néstor Kirchner es el hombre que mejor sintetiza el proyecto nacional"

El senador provincial del FpV-PJ Roberto Ravale consideró que Néstor Kirchner "es el hombre que mejor sintetiza el proyecto nacional", en referencia a la posible candidatura del ex presidente para encabezar la nómina bonaerense el año próximo.

"Es un hombre que ha mostrado un fuerte compromiso con la realidad del país, que supo encaminar el rumbo económico para bajar la pobreza y el desempleo y que ha dado muestras de su gran liderazgo político. La verdad es que proponerle un candidato de esta naturaleza a la ciudadanía va a ser un honor", aseguró Ravale.

El legislador también hizo referencia en sus palabras a los dirigentes de la oposición política que se manifestaron en contra de esta chance. En rigor, Ravale les propuso a los posibles adversarios que trabajen en pos de presentar un postulante "que esté a la altura de las circunstancias" antes que gastar el tiempo metiéndose en la vida interna del justicialismo.

"Yo lo que propongo es que la oposición se preocupe en ofrecerle a la ciudadanía un buen candidato antes que andar criticando nuestro andar. Y que lo hagan para tratar de seducir a los bonaerenses en base a ideas novedosas. La política se debe hacer en base a propuestas y no sólo a críticas, con el facilismo propio de estos tiempos", enfatizó el senador. Somos todos parte de un proyecto que tenemos que consolidar, y una forma de hacerlo es con el respaldo de la comunidad, que entendemos será una vez más contundente", agregó.

Ravale, que es congresal nacional del PJ, también apuntó contra los sectores que afirman que el gobernador Daniel Scioli no garantiza un proceso progresista en la Provincia, tal cual lo manifestado por algunos movimientos sociales. "El progresismo se muestra en la gestión del día a día. Scioli es un hombre que permanentemente se ocupa de resolver los problemas de los bonaerenses, que no cuenta los inconvenientes sino que los enfrenta. Sería bueno que algunos otros copien ese modelo", concluyó.

TRES DE FEBRERO

Especial - 49º ANIVERSARIO DE LA CREACION DEL DISTRITO DE TRES DE FEBRERO -

15 DE OCTUBRE, DIA DE TRES DE FEBRERO

RESEÑA HISTORICA DEL MUNICIPIO

Las tierras que actualmente conforman el Partido de Tres de Febrero fueron habitadas, antes del descubrimiento de América y durante los primeros años de la conquista, por los indios querandíes y pampas. Estos aborígenes preferían establecer sus chozas en las cercanías de los cursos de agua, en este caso, a orillas del Río Reconquista y de los Arroyos Morón, Maldonado y Medrano. Se dedicaban al cultivo de maíz, zapallo, y porotos. A la llegada de los españoles, los indios lucharon tenazmente para defender sus posesiones pero fueron derrotados y debieron someterse al conquistador.

La distribución de tierras que se inició con la segunda fundación de Buenos Aires por Don Juan de Garay en 1580, marcó el comienzo del proceso de poblamiento y urbanización del área (hoy llamada Area Metropolitana de Buenos Aires). El proceso de urbanización del Partido de Tres de Febrero, aunque presenta características específicas, participa en sus aspectos mas generales de la modalidad de desarrollo de la inmensa mayoría de los partidos del Gran Buenos Aires. Las posesiones otorgadas por Don Juan de Garay consistían en solares, predios donde se establecían las casas, chacras y quintas que se encontraban rodeando los pueblos y se utilizaban para el cultivo de hortalizas, cereales y producción tambera. Hasta los primeros años de este siglo el área cumplía la función de abastecedora de productos agropecuarios de la Capital Federal.

A principios del siglo XVIII esta zona, antiguamente denominada pago de las Conchas, pasa a llamarse Curato de San Isidro, formado por los actuales partidos de Gral. San Martín, San Isidro, Tres de Febrero y Vicente López. La circulación se realizaba a través de los viejos caminos reales vinculando a la zona con La Matanza, Morón, Luján y la Capital Federal.

La instalación del ferrocarril, a partir de 1876, contribuyó a determinar el particular asentamiento urbano del partido. La instalación del ferrocarril, a partir de 1876, contribuyó a determinar el particular asentamiento urbano del partido. Por la misma época aparece el tranvía rural de los hermanos Lacroze, eléctricos a partir de 1908, que partiendo de Medrano y Corrientes, llegaba hasta el pueblo de San Martín, constituyendo, conjuntamente con el bajo costo de las propiedades de la zona, un factor de fuerte estímulo para el asentamiento poblacional.

Hasta finales del siglo pasado, la única estación ferroviaria dentro del partido fue Caseros, alrededor de la cual se localizaron oficinas administrativas, viviendas y comercios de importancia zonal.

A partir de los primeros años del 1.900 se habilitaron nuevas estaciones ferroviarias que determinaron el desarrollo de otros núcleos urbanos fundamentalmente residenciales y comerciales: Santos Lugares (1906), Ciudadela y Sáenz Peña (1910).
Hasta la década del '30, el desarrollo de los asentamientos poblacionales fue regido esencialmente por la expansión del servicio ferroviario y del transporte de pasajeros - el colectivo - (a partir de 1930 en la Capital Federal) y la penetración de estos servicios hacia las áreas del Gran Buenos Aires, comienza el desarrollo de los asentamientos industriales y de viviendas en las zonas distantes de las estaciones ferroviarias o entre ellas.

El proceso de urbanización del partido culmina entre 1970 y 1972 con el fraccionamiento y loteo de las áreas vacantes ubicadas al N.O., tales como Loma Hermosa, El Libertador, Churruca, Remedios de Escalada y 11 de Setiembre. Al considerar las etapas de poblamiento merece señalarse la influencia de los asentamientos militares: Campo de Mayo y Ciudadela a partir de 1901 y el Colegio Militar inaugurado en 1937, que en la actualidad comprenden el 12% de la superficie del partido.

En el año 1958 el Diputado Alfredo Longo, vecino de Caseros, presentó un proyecto relativo a la creación de un nuevo partido denominado “Caseros”, integrado por las localidades de Santos Lugares, Ciudadela, Sáenz Peña, El Palomar y Caseros, el cual se concretó el año siguiente con la sanción de la Ley 6.065 de la Provincia de Buenos Aires por la cual el 15 de octubre se creó el Partido de Tres de Febrero separándose del partido de Gral. San Martín, la zona comprendida por Av. Gral. Paz, FC Urquiza, Triunvirato hasta el Río Reconquista, el Río Reconquista hasta Díaz Vélez y desde ésta hasta la Av. Gral. Paz.

La municipalidad de Tres de Febrero comenzó su ejercicio económico financiero y prestación de servicios en general a partir del 1 de enero de 1960 con sede en la anterior intendencia ubicada en Lisandro Medina 2161, Caseros. El nombre de Tres de Febrero se debe a que en esa fecha del año 1852 se libró la batalla de Caseros entre las fuerzas de Rosas y las de Urquiza, en las tierras que corresponden a este partido.

DESCRIPCION Y FUNDAMENTOS DE LOS SIMBOLOS
DE LA HERALDICA DE TRES DE FEBRERO

heráldicaA poco de creado el Partido de Tres de Febrero se convocó a concurso para la adopción de un escudo comunal. El llamado tuvo un eco muy amplio, presentándose ochenta trabajos, en general de gran calidad, circunstancia que obligó a elevar a diez el número de premios, originalmente fijado en cinco.

Tras un prolijo examen de todos los proyectos, la elección recayó en un trabajo presentado por el señor Oscar Antonio Cataldo. En su boceto el autor tuvo en cuenta no sólo los aspectos simplemente estéticos sino históricos. Su autor, Oscar Cataldo, nació en Buenos Aires en 1920, residiendo un largo período en Caseros.

Tras casi tres décadas de identificar a nuestro partido, las autoridades municipales decidieron el cambio del mismo, impulsando la elección de un nuevo modelo de escudo, finalmente elegido en 1990. Este fue creado por Néstor Oscar Cuchetti, siendo su descripción de simbología y colores la siguiente:

Caduceo:

Símbolo mitológico considerado Emblema de Paz, de Concordia, del Comercio y de la Salud. Conclusión: Mantener la paz, ejerciendo el poder con prudencia y fecunda actividad sintetizarían el Caduceo.

Libro y Pluma:

Insignia universal de la cultura y la educación. Argumento propicio para destacar la pujante actividad desarrollada en el distrito a través de establecimientos educativos de tres niveles, de jurisdicción municipal, provincial y nacional, y dependencia oficial y privada.

Industria:

Los establecimientos industriales establecidos en Tres de Febrero, generan importantes fuentes de recursos, no sólo para el partido, sino para el país. Las exportaciones de autopartes de automóviles, tractores, motocicletas y productos alimenticios, representan en su producido un aporte que supera el de algunas provincias de nuestra República.

Monumento Histórico:

El famoso y conocido Palomar de Caseros, es un auténtico y genuino exponente de nuestras raíces históricas y está ubicado en los jardines del Colegio Militar de la Nación, datando su construcción de 1788.

Consta de dos construcciones circulares a manera de planta baja y primer piso y uno inferior independiente que sobresale a manera de torre.

Tan ingeniosa construcción la conformaban los nichos para las palomas formados por cuatro ladrillos superpuestos como pilastres y dos atravesados que servían de techo y piso al nido superior, hasta llegar a la altura de la cornisa.

El monumento raro y hermoso produce la impresión de una fortaleza secular, cuyas paredes, sin revoques, han resistido las inclemencias del tiempo. Allí anidaban miles de palomas. Durante la batalla de Caseros, un grupo de tiradores pertenecientes a las tropas de Rosas, se parapetaron en lo alto del Torreón, mientras que la infantería, presentando una triple línea de fusiles, sostenida por otra de cañones y cuatro coheteras colocadas en la circunferencia de la base, trataban de defender su posición. El 21 de mayo de 1942 se declaró este edificio Monumento Histórico.

Sol Naciente:

Corona al escudo, conservando el simbolismo y caracterización del que aparece en el Nacional, que fuera adoptado por la Soberana Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidades del Río de la Plata en el año 1813.

Cinta Azul y Blanca:

Representa en campo de plata los colores patrios.

Espiga y Trigo:

Recuerda las primeras plantaciones cerealeras en el área y en la República. En el año 1781 don Diego Casero adquiere las tierras que hoy conforman las localidades de El Palomar y Caseros para destinarlas al cultivo de trigo y montes frutales. La importancia que adquieren las plantaciones del cereal en esta área, queda reflejada en un bando que manda a publicar el 20 de agosto de 1792 el Alcalde de La Hermandad Juan A. Romero que, en nombre del vecindario, pedía que de noche se encerrasen los ganados, y de día se mantuviesen en pastoreo, por los grandes daños que hacían el trigo.

Las constancias documentales de que don Diego Casero fue de los primeros en realizar la siembra de trigo, aparecen en un documento legalizado en el año 1784 entre cuyo párrafo rescatamos el siguiente:
"... la cosecha de aquel año fue ventajosa por su abundancia y aunque no sucedió lo mismo en el mérito de su precio hasta 1784. La conservación del trigo y el tiempo que se propuso más favorable proporcionó su enajenación con considerable utilidad cuyo beneficio y caudal producido fue base para emprender mayores obras con interesantes objetivos..."
Este documento figura en el legajo Nº 14.121 Sección escribanía Mayor de Gobierno, existente en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, según consta en el Archivo General de la Dirección de Geodesia de la Provincia de Buenos Aires.

Rama de Laureles:

Símbolo de victoria, gloria y honor, se consignó como homenaje al soldado desconocido caído en las luchas por la independencia y recuerdo de los contingentes de emigrantes que forjaron nuestro presente.

Cruz:

Imagen de suplicio, sacrificio y redención. Fe profunda que se manifiesta en cada localidad del partido y que además, posee verdaderos monumentos arquitectónicos como la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes en Santos Lugares. El paraje se incorpora a comienzos del siglo XVIII cuando se forma el Curato de San Isidro.

Simbolización de los Colores:

Oro-Amarillo: riqueza, fe, pureza, constancia y fuerza
Azul: Realismo, majestad y hermosura
Sinople: esperanza, abundancia y libertad.

SIGNIFICADO DE LOS ATRIBUTOS Y ELEMENTOS DE LA
BANDERA DE TRES DE FEBRERO. elegida por concurso abierto en el año 2005.

banderaLos colores empleados se encuentran en el Escudo Municipal de Tres de Febrero, como así también en la Bandera y en el Escudo Nacional (el azul en otro matiz o gradación)

Azul – Pantone process key 198-3/ C: 80 M:60 Y:0 K:20 - Significa justicia, lealtad, perseverancia.

Blanco – Pantone process key 0-0/ C:0 M:0 Y:0 K:0 - Significa templanza, verdad, integridad.

Amarillo – Pantone process key 1-1/ C:0 M:5 Y:100 K:0 - Significa nobleza, poder, soberanía.

El Palomar, representa las tradiciones de la región y su uso establece una línea de continuidad entre los primeros pobladores, los actuales y los futuros.

Constituye sin lugar a dudas un monumento histórico.

Las estrellas de oro en número de quince, dispuestas en forma circular y todas ellas de iguales dimensiones, simbolizan las quince localidades que integran el Partido de Tres de Febrero, a saber:

Caseros – Ciudadela – Villa Bosch – Lomas del Palomar – Santos Lugares – Martín Coronado – Loma Hermosa – Sáenz Peña – El Libertador – José Ingenieros – Remedios de Escalada – Pablo Podestá – Villa Raffo – Churruca – y 11 de Setiembre.

La disposición de las estrellas sin preeminencia de una sobre otras, está indicando que cada una de ellas, como las localidades que representan brillan con luz propia y que todas en su conjunto, constituyen en unidad y concordia los ejes organizadores de la vida comunitaria y el desarrollo integral del Partido de Tres de Febrero.

El autor

Sergio García, vive en Martín Coronado, es periodista egresado de TEA (Taller Escuela Agencia), diseñador gráfico, y profesor de Castellano, Literatura y Latín, egresado del I.S.P. "Dr. Joaquín V. González"..

TRES DE FEBRERO - CAMINO AL CINCUENTENARIO

miércoles, 8 de octubre de 2008

INVITACION


La Vigencia de las Ideas Superan todo... Hasta la Humanidad

¿Vigencia del marxismo?
Algunas ideas para un necesario debate


Por Raúl Isman
Docente. Escritor.
Miembro del Consejo Editorial.
de la Revistas Desafíos.
Director de la revista
Electrónica Redacción popular.
raulisman@yahoo.com.ar www.geocities.com/raulisman
Colaborador del periódico Socialista El Ideal http://raulisman.blog.terra.com.ar
“Todo lo sólido
se desvanece en el aire.“
Karl Marx.

“Marx es y permanecerá como una de las grandes mentes filosóficas y analistas económicas del siglo diecinueve y, en su máxima expresión, un maestro de una prosa apasionada. También es importante leer a Marx porque el mundo en el cual vivimos hoy, no puede entenderse sin la influencia que los escritos de este hombre tuvieron sobre el siglo XX. Y finalmente debería ser leído porque como él mismo escribió, el mundo no puede ser cambiado de manera efectiva a menos que sea entendido, y Marx permanece como una soberbia guía para la comprensión del mundoylosproblemasalosquedebemoshacerfrente”.Eric Hobsbawm.
Introducción

Hemos formulado como pregunta algo que tradicionalmente era analizado como rotunda (y dogmática) afirmación por gran parte de las diversas iglesias, capillas y kioscos de la izquierda local y suponemos latinoamericana. Nos referimos a la vigencia de ciertos núcleos centrales del pensamiento de Marx, tomados- por añadidura- como verdad revelada y no sometida a constatación práctica y empírica alguna. A mediados de 2007 mediante ciertas declaraciones, el líder de la revolución venezolana, Hugo Chávez Frías, reposicionó la cuestión que nos ocupa en los medios de prensa y, desde allí, a todos los espacios de debate. Pero en realidad y desde otro punto de vista se trata de una polémica que se ha arrastrado por más de un siglo y medio.
Por cierto que contenidos de apariencia irrefutable hacia 1850, pueden aparecer como desactualizados en la primera década de nuestra centuria; dado que las condiciones materiales, económicas, sociales, culturales y políticas; tanto las mundiales, como las nacionales y aún las territoriales han cambiado enormemente. Digamos en más que apretada síntesis que el siglo XX puede ser sintetizado, en términos de comprensión histórica, como la etapa del desafío de la revolución socialista hacia el sistema del capitalismo mundial. Y por desgracia, tal desafío sufrió una rotunda derrota. No se trata de extraer lecciones del desastre del socialismo “real” del tipo del dúo de los Vargas Llosa o personajes similares que figuran como alcahuetes del imperio en cuanto programa televisivo especializado en banalidades se pudiere imaginar. Pero si nos parece imprescindible formular un balance de los conceptos teóricos que guiaron las prácticas de un conjunto de organizaciones revolucionarias. Además y por cierto, una exigencia del mismo Marx era someter sus propias ideas al juicio crítico y racional en continuo diálogo con la realidad social. Sin embargo, cierta lectura acrílica de los clásicos del marxismo resultó un pecado original de nuestras izquierdas, del cual nunca realizaron esfuerzo alguno por apartarse; como si hacer la revolución fuere tarea reservada para aplicados recitadores de versículos consagrados.
En este artículo serán analizados algunos límites originarios de la literatura marxista clásica para resultar eficaz “guía para la acción” y no tanto a los desvaríos a los que nos tienen acostumbrados las fuerzas de izquierda nacidas de tales padres teóricos. Lo último- ciclópea tarea por cierto- quedará para elaboraciones futuras. Actividad de enormes proporciones y vana además, ya que cuando se logró aprehender la compleja variedad de los kioskitos de nuestra sinistra, nuevas divisiones exigen retomar la elaboración. En definitiva, es absurdo tener temor a ejercer la crítica, ya que la lealtad fundamental de todo intelectual comprometido con causas justas no es con los contenidos ideológicos, sino con la larga marcha de los pueblos por construir sociedades dignas de recibir el nombre de humanistas.

La obra de Marx:
una lúcida mirada cuestionadora

En principio digamos, antes de avanzar en la crítica, cual es el máximo aporte de la creación de Kart Marx al conjunto de la teoría social. Se trata básicamente del carácter implacable de una mirada crítica fuertemente cuestionadora sobre el conjunto de las bases y de los fenómenos constitutivos de la dominación capitalista. En efecto, el bisturí conceptual del filósofo nacido en Treveris (aunque a él no le gustare contarse como miembro pleno de la tradición del máximo saber occidental) se hunde tan a fondo viviseccionando en los mecanismos de la economía y la sociedad del siglo XIX que los autores pro-burgueses posteriores serios- como Raymond Arón, uno de los ensayistas conservadores más lúcidos de la pasada centuria, por ejemplo- deben dar un rodeo y no mencionar cuestiones en absoluto irrefutables, como que la plusvalía es una de los pilares decisivos sobre los que se asienta la sociedad burguesa. El autor de Das Capital llamaba plusvalía al trabajo generado por los obreros que no les era retribuido. Podría ironizarse mentándola como la “cara oscura u oculta del salario”, parafraseando la creación de Pink Floyd. Es decir que la plusvalía se define en tres sintéticas palabras: trabajo no pagado. Al criticar al autor del 18 Brumario, Arón escapa con escasa elegancia de realizar una crítica de la teoría de la plusvalía- piedra angular de la teoría Marxista, al decir de Lenin- ya que demostrar su no vigencia o inviablidad, resulta absolutamente imposible o más bien equivale a postular la famosa cuadratura del círculo o la existencia del agua seca. La ganancia capitalista- centrada en la exacción de plusvalía- es una de las bases decisivas de la desigualdad social y de toda sociedad capitalista.
Pero existe una lectura meramente economicista- además predominante en diversos cenáculos- de la obra de Marx. Tal mirada consiste en una interpretación limitada y lineal impulsada por cierto sentido común debido a lecturas derechistas de sus ideas, y, a no pocos izquierdistas aquejados de un profundo y rígido mecanicismo. Dichas miradas han sacralizado una lectura de nuestro autor, en la cual los únicos aspectos de su obra que siguen en pie son los relativos a los factores de producción. Por cierto que no faltan citas clásicas que avalarían tal mirada. Pero a contrapelo de estas corrientes, nuestra interpretación postula que la crítica de Marx se sirve de un profundo conocimiento del mundo económico para demoler conceptualmente todos los andamiajes, mecanismos y recursos de la sociedad burguesa. Para decirlo en palabras simples: Marx no sólo condenaba al sistema Capitalista debido a su carácter explotador; si no también (y fundamentalmente) por obturar y anular las posibilidades de una vida medianamente digna para gran parte de la humanidad. Por cierto que para verificar la vigencia de esto último sólo hay que leer el diario, aún en diversos medios de la derecha más cerril. Las referencias acerca de las inequidades e inquinidades que desgarran al conjunto del orbe son parte de los paisajes rurales, urbanos y massmediáticos. Con relación a si la crítica del Marx se refiere únicamente a la explotación o avanza en otras direcciones, démosle la voz al susodicho autor en palabras, por añadidura, formuladas en uno de sus textos más clásicamente económicos: “Das Kapital”.
“La burguesía, que al crear para sus hijos las escuelas politécnicas, agronómicas, etc., no hacía más que obedecer a las tendencias íntimas de la producción moderna, sólo dio a los proletarios la sombra de la enseñanza profesional”. (Karl Marx. El Capital. Versión electrónica)
Al argumentar acerca de la segmentación que se verifica en una sociedad capitalista con relación al fenómeno educativo, Marx demuestra que muy lejos se hallaba de criticar sólo el aspecto económico de la suerte de las masas; sino al conjunto de los fenómenos propios y constituyentes de la dominación burguesa. Es decir que la crítica al capitalismo no se limitaba al fenómeno de la explotación, si no que se ampliaba al hecho que el sistema efectivamente lograba (y lo sigue consiguiendo) reducir a gran parte de las personas a la condición de objetos. De modo que su pensar se orienta a fundamentar una perspectiva humanista. Parafraseando a Atilio Borón- uno de los interpretes de Marx dotado del conocimiento más profundo de su obra en todo el mundo de habla hispana- era preciso servirse de una profunda formación en economía política, para formular una concepción de carácter filosófica con verdadero alcance social. De modo que podríamos denominar su concepción como humanista, siendo esta última palabra no necesariamente resultado de la interpretación boroniana.
Otro aporte decisivo del autor de La guerra civil en Francia reside en la fecunda utilización del método dialéctico, bien que- al igual que su maestro Hegel- consideraba que la propia realidad era contradictoria (dialéctica); más que esta última pudiere ser considerada un simple camino para llegar al conocimiento.

Los ejes fundamentales
del debate

De resultas que el autor de los Manuscritos económico-filosóficos puede ser considerado uno de los más sagaces críticos de la construcción burguesa, sino el más. El problema aparece en el momento de transformar la crítica al sistema en construcciones políticas alternativas anticapitalistas concretas. Es sabido que a lo largo de la vida y la obra de Marx aparecen algunas cuestiones de índole teórica y práctica que trataremos de sintetizar para luego criticar.
1) Sistemas socialistas fueron anunciados anteriormente- y también a posteriori- al postulado por Marx y su amigo Federico Engels. Dejando de lado algunas variedades nostálgicas de la edad media o reaccionarias, nuestros autores los agruparon bajo el común denominador de socialismo utópico, para diferenciarlo del sistema soñado por ellos, que (auto) denominaron (socialismo) científico. La razón de tal diferenciación es que los autores de La Ideología Alemana consideraban haber comprendido y formulado en leyes irrefutables la propia marcha de la sociedad y sus contradicciones hacia la revolución. Y además haber definido el sujeto encargado de realizar tal transformación: el proletariado industrial. En el célebre prólogo a La Crítica de la Economía Política se halla una sintética explicación de tales leyes que guían el desarrollo capitalista (hacia su derrumbe). Quien pretendiera hallar un eco del positivismo en esta concepción, puede. De todos modos, en la obra de Marx palpita la tensión constante entre la revolución como fenómeno objetivo, hacia la cual lleva la propia lógica de la crisis capitalista, y la necesidad perentoria que el cambio social se realice por medio de la acción (consciente) por parte de las masas. Veamos las palabras del autor de tantos textos decisivos. “El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana”. K: Marx y F. Engels. Prólogo a La Crítica de la Economía Política. Versión electrónica.
La cita tal vez pudiera ser calificada como excesivamente extensa; pero da cuenta de modo harto elocuente de la visión marxiana de la historia y en particular de su visión de las leyes que guían su desenvolvimiento hacia el futuro revolucionario. Lo menos que puede decirse es que “la prehistoria de la sociedad humana” ha durado demasiado, si es que realmente es factible la construcción de una sociedad comunista. A responder tal interrogante destinaremos un trabajo futuro.
2) La economía mundial es el teatro de una verdadera guerra civil en la que el proletariado internacional libra diversas (aunque constantes) escaramuzas contra la clase capitalista de todo el orbe. Primero, para resistir la expoliación, para alcanzar condiciones de vida más dignas para los trabajadores y por ampliar las condiciones de libertad política (democracia). Avanzando en las luchas, el combate se daría para derrocar a la burguesía y liquidar toda forma de explotación. La visión internacional y de conjunto- para los marxistas- es un imperativo gnoseológico y político, del cual surge la necesidad de organizar las fueras proletarias en el ámbito mundial, producto de la cual es la interesante experiencia de las tres o cuatro- si contamos a la cuarta- internacionales, de la cual hablaremos más adelante. “La revolución es nacional por su forma e internacional por su contenido“. K. Marx y F. Engels. Manifiesto Comunista. Versión electrónica. Es muy conocido el modo en que diversos autores de la izquierda nacional- como Juan José Hernandez Arregui- intentaron moderar el efecto cuasi brutal de las palabras anotadas en Manifiesto Comunista. Pero no logró eliminar la (perdurable) influencia que tuvieron sobre la práctica de muchos partidos de izquierda, que hicieron durante décadas caso omiso a la existencia de las diversas nacionalidades, ni de las peculiaridades de cada formación social y menos diferenciaron estados imperialistas de periféricos.
3) Por causa de mecanismos insuficientemente demostrados en lo teórico y jamás verificados empíricamente, la clase obrera resultó depositaria de un imperativo de condición mesiánica: Marx la convirtió en sujeto único de la revolución, nada menos. Y por cierto que no era cualquier clase obrera, sino más bien la industrial y de los países centrales. Y tampoco era cualquier revolución, si no una transformación tan profunda que redimiese al conjunto de la humanidad. Cierto es que hay en la obra de los teóricos varias veces mencionados diversos aspectos que moderarían la afirmación precedente. Por ejemplo, la cita que sigue a continuación: “si la revolución Rusa da la señal para una revolución proletaria en occidente, de modo que ambas se complementen, la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida a una revolución comunista”. (Carta de Marx). Pero nótese que aquí lo que provee visibilidad a la transformación social posible en Rusia es la relación con la revolución social (proletaria) en occidente. Es, ni más ni menos, que la vieja concepción eurocéntrica consistente en afirmar que el mundo periférico es constituido por los países centrales. Si no, la vida social en el mundo periférico carece de visibilidad y aún de existencia.
Una de las ideas centrales en el corpus teórico de Marx es que la revolución proletaria, no sólo viene a solucionar los problemas más urgentes, sino a resolver de modo definitivo los dilemas de fondo y cruces éticos que han atormentado a la humanidad desde tiempos ancestrales. Veamos como lo enuncia en sus propias palabras:
... que ahora esta lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y oprimida (el proletariado) no pueda ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime (la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad entera de la explotación, la opresión y la lucha de clases. (K. Marx y F. Engels. Manifiesto Comunista. Versión electrónica)
Objetivos loables y plausibles, sin dudas. ¿Pero realizables? Para responder tales interrogantes se hace necesario cotejar los dichos de la teoría con el acontecer histórico recurriendo a la experiencia proporcionada por el archivo formidable de casi dos siglos de movimiento obrero y socialista.

El marxismo que (si)
ha caducado

Alrededor de estas tres temáticas sucintamente planteadas girará nuestra objeción crítica. Con relación al primer item, discutiremos en primer lugar la supuesta dicotomía socialismo utópico-científico. Puede certificarse como científica a una concepción que se adecue plenamente a la realidad y sirve para leerla y/o transformarla. Y la realidad de los siglos XIX, XX y lo que ha corrido del XXI demuestra que existen vacíos conceptuales e hipótesis que no resisten los contrastes empíricos por parte de las teorizaciones marxianas. Es preciso analizarlas mínimamente. El desarrollo de la economía y la sociedad burguesas en la centuria pasada siguió senderos más complejos que los pensados previamente; particularmente en la comprensión de la profundidad de las crisis cíclicas del capitalismo. En palabras de Marx “Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. (Prólogo a la Contribución a la crítica de la Economía Política. Versión electrónica).
Campea en todos ellos un cierto catastrofismo- muy influyente por otra parte en teóricos de comienzos del siglo XX, como Lenín, Rosa Luxemburgo o Trotski- que no puede sostenerse en la actualidad. Algunos de los mecanismos compensatorios ya fueron anticipados por el propio Marx en el prólogo ya citado. La capacidad de readaptación del sistema capitalista a las crisis, más allá de los sufrimientos individuales de algunos burgueses en ellas, resultó muy superior a lo previsto por el pensamiento crítico en general. Dicho sea de paso, aunque no sea el tema de este artículo, el dinamismo y la capacidad transformadora del capitalismo deja reducido a la condición de soñador pre-científico a León Tortski cuando afirmaba que “las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer”. (León Trotsky. El programa de transición. Versión electrónica). Dramáticamente planteadas en el contexto de 1938, en que el mundo se encaminaba a la barbarie de la segunda guerra mundial, estaríamos tentados de afirmar que el propio revolucionario ruso no suscribiría en la actualidad- en los últimos veinte años se han desarrollado más que en toda la historia previa de la humanidad- dichas palabras. Sin embargo, los partidos trotskistas, prosiguen recitando los mismos versículos, a contramano de la realidad social. Como toque exótico puede citarse que frente a cada nueva crisis profetizan el inminente derrumbe del capitalismo. Algunos espectadores ingenuos en actos de dichas fuerzas se colocan a buen resguardo para no quedar aplastados por sonoros derrumbes de escombros. Pero por fortuna para los transeúntes y por desgracia para los profetas de semejantes hecatombes, la caída de guijarros nunca acontece. Por lo tanto, resulta insostenible seguir repitiendo frases como la anterior. Y mucho menos otra como la que sigue: “Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han comenzado a descomponerse”. (León Trotsky. El programa de transición. Versión electrónica). A casi setenta años de pronunciadas estas palabras, el hedor a podrido debería haber dado la vuelta al mundo ya. Y estas son las raíces teóricas fundamentales de las posiciones de los partidos trotskistas. Pero, como decíamos, no es este el centro del análisis y la vivisección de tales contradicciones la pasamos hacia un incierto futuro (es decir, hacia las calendas griegas o troskas).
A comienzos del siglo XXI nada coloca en un lugar de superioridad teórica al socialismo de raíz marxista, por su condición científica, de otras variantes del socialismo. De hecho, en todo el orbe, existen movimientos que intentan gestar espacios de liberación, aunque más acotados. Inscriptos en el anarquismo, en el socialismo (utópico), o en las actualmente llamadas organizaciones autonomistas, disputan con agrupaciones de tipo marxista la adhesión de las masas populares en el mundo entero. En nuestro país, por otra parte, las masas tienden a agruparse en movimientos nacionales y populares. Todos, cada uno a su manera, intentan poner un límite a la voracidad del gran capital globalizado. Cada uno deberá revalidar el título de la formación teórica más acertada en el juicio- de todos modos, polémico y apelable- de la lucha histórica concreta. Si algún día logramos comprender que la ciencia útil para transformar la realidad social no es un conjunto bíblico que nos fue dado de una vez y para siempre, la crisis del marxismo no habrá transcurrido en vano.
El segundo plano de análisis- el carácter internacional de las luchas revolucionarias- es tal vez el más controvertido y central para el debate político, en nuestra opinión. Aunque suene antipático y está clarísimo que la economía capitalista es de carácter mundial, las luchas de los pueblos son fundamentalmente nacionales y en el marco del estado nacional. Luego, pueden (y deben) intentar captar solidaridades más allá de sus fronteras. El objetivo marxista de unir en una sola fuerza político-organizacional al conjunto del proletariado internacional contra el poder del capital (globalizado, se diría hoy) jamás pasó de ser un enunciado formulado en textos muy plausiblemente intencionados, pero carentes de concreción práctica. Argumentaremos a continuación a favor de las citadas objeciones.

Acerca de la (decisiva) cuestión nacional y
otras objeciones al marxismo

En principio, existe un modo de concebir al mundo (capitalista) moderno como resultado de una lucha de clases mundial que enfrenta a la burguesía con el proletariado, visto este desgarramiento desde el conjunto global; es decir, internacional. Sin negar que existe fundamento empírico y material para tal afirmación; en nuestra opinión no puede soslayarse que la dominación imperialista se superpone con la contradicción recién referida y aparece de tal modo (sensiblemente) la que enfrenta a los países periféricos con las formaciones nacionales causantes del sometimiento de la mayor parte del orbe. De este modo se crea en las naciones atrasadas las bases materiales para la formación de coaliciones más vastas, a favor del desarrollo nacional; aunque en muchas de ellas participen fuerzas hostiles a una salida socialista. Tal es una síntesis de lo que se denomina cuestión nacional (perdón por la reiteración) que además incluye aristas de carácter cultural (defensa de la propia identidad), político (un estado independiente de los poderes globalizados es una forma sustantiva de democracia), además de las razones económicas mencionadas líneas arriba.
Con relación a la experiencia de las internacionales obreras, digamos que las mencionadas organizaciones fueron los intentos concretos para crear el Partido Internacional de la clase obrera y… no pasaron de resolver sus disputas, conflictos y realizaciones en los marcos y referencialidades (para Marx estrechos) de los estados nacionales. Veamos una breve síntesis que fundamente nuestros dichos.
La primera internacional- la única creada en vida de Marx- se destacó porqué lo más importante de su accionar fue su participación en la heroica Comuna de París (1871). La insurrección citada fue una reacción defensiva del proletariado (y el pueblo) de la ciudad luz frente a la defección del ejército (nacional) burgués, frente al recién creado Segundo Reich alemán. Sin negar sus métodos y contenidos de clase claramente proletarios, los alcances de la revuelta se reducen claramente al marco (nacional) francés; a la defensa del estado nacional amenazado en su existencia por la potencia del nuevo imperio de los Hohenzollern y por la defección burguesa y del emperador Napoleón III. La Comuna fue, en apretada síntesis, el episodio último de la revolución burguesa, ya que luego de ella se consolidó la república en la nación gala. Y los efectos posteriores de la derrota precipitan la disolución de la internacional, ya que concentra la furia represiva de los poderosos. Jamás paso de ser un destacamento centrado fundamentalmente en el continente europeo. Es más, cuando Marx trasladó su sede a New York fue, en realidad, su partida de defunción. Se debatió mucho sobre problemas teóricos e internacionales. Pero a la hora de la lucha política concreta, la cuestión se resolvió en los marcos del estado nacional.
La segunda internacional es fundada en 1889, ya muerto Marx y poco antes del final de la vida de Engels. Por añadidura, los años de gestación y máximo desarrollo coinciden con el apogeo del imperialismo moderno; años en los cuales se exacerba el carácter decisivo de la cuestión nacional, por cierto. La partición entre socialistas “reformistas” y “revolucionarios” se halla presente casi desde sus orígenes. La distinción entre una y otra fracción lejos esta de ser pensada sólo en términos éticos, es decir en términos de “leales y traidores” para con la revolución social; es preciso conceptualizarla en los siguientes términos. Es que, en realidad, un modo materialista de ver la cuestión reside en analizar las relaciones entre los aparatos partidarios y sindicales; por un lado, y, por el otro, el estado burgués; tomando como variable decisiva la capacidad creciente de este último para regular el flujo de recursos, que merced al desarrollo capitalista, son volcados para moderar el conflicto social. Tal es la causa para que en la mayoría de los partidos de la segunda internacional predominen las orientaciones que visualizan como deseables los cambios paulatinos y no revoluciones radicales. Y pese a las sorpresas que acarreó, la decisión de la mayoría de los partidos y dirigentes de alinearse junto a sus respectivas burguesías en la primera guerra mundial no tendría que haber provocado incredulidad ni asombro. Los intereses propios de cada partido- en el marco de sus respectivos estados nacionales- resultaron un límite más que tangible para la construcción de una organización mundial. Cada destacamento priorizó los vínculos en su propia “patria” antes que la identidad internacional. De hecho, sólo muy pocos cuadros se opusieron a esta orientación mayoritaria, los más conocidos, Lenín y Rosa Luxemburgo. La Segunda Internacional- en cuanto organismo revolucionario- estaba muerta desde hacia cierto tiempo, pero el revolucionario ruso recién pudo proclamar la necesidad de construir su sucesora luego de la revolución bolchevique (1917).
Así, la tercera internacional nació ligada a un estado nacional y toda su experiencia está íntimamente ligada a la defensa del proceso ruso; es decir del citado estado nacional. Con el requisito de las veintiún condiciones de ingreso en la Internacional- modelo de sectarismo, en la acertada opinión del español Fernando Claudín- se verificaron dos circunstancias igualmente perjudiciales para los movimientos revolucionarios. Ellas son:
a) Existió un “recetario” único y excluyente para realizar transformaciones sociales elaborado de espaldas a la realidad social y cultural de cada país y motivado sólo por la necesidad soviética de no quedar aislada a merced “del socialismo en un solo país” (como finalmente ocurrió el imponerse Stalin). Argumentar copiosamente a favor de nuestras afirmaciones excede largamente los objetivos del presente trabajo; por lo cual en futuras elaboraciones realizaremos esta necesaria tarea.
b) La internacional quedó reducida a un conjunto de “elegidos” partidarios del leninismo, sin mayor diálogo con los “réprobos” socialdemócratas, anarquistas u otras fracciones (integrantes por mérito legítimo) del movimiento obrero. El purismo ideológico de la tercera no le impidió caer en oportunismos de todo tipo, cuando no en la defección contra-revolucionaria; de la cual la acción desplegada en la guerra civil española (1936-1939) es el mejor ejemplo.
Hemos demostrado la centralidad del problema nacional. Pero además no puede soslayarse ni desaprovecharse el hecho que la defensa de la identidad cultural propia, de los recursos naturales y estratégicos del país pretendidos por la voracidad imperialista resulte al mismo tiempo fuente de conflictividad y punto de articulación de diversos sujetos que pueden operar cambios en la sociedad. ¿Por qué dejar estas importantes banderas abandonadas para que las retomen otras fuerzas o ciertos defensores del sistema?
En otro orden de cosas, digamos que la pretensión de aprehender el conjunto de las leyes que rigen la historia, la economía, la cultura y la sociedad en un único sistema desentrañado de una vez y para siempre implica- desde le punto de vista epistemológico- una pretensión que como mínimo puede calificarse como pedantescamente prometeica; y en términos máximos de simplemente absurda y exagerada. Seguramente el anciano sabio de Tréveris sonreiría con sorna si pudiera observar la compleja multidireccionalidad que tomo la realidad social, más aún (tomando distancia) con relación a muchas de sus previsiones. Seguramente no suscribiría el error de las izquierdas contemporáneas; que al ver como las sociedades existentes no se adecuan a sus esquemas acometen contra la realidad pretendiendo asesinarla. Pero lo cierto que en el propio Marx anida y palpita la vieja pretensión positivista de dictamina la formulación de leyes ineductables e ineludibles para todo proceso histórico. Hacia el pasado de la sociedad humana, está fuera de discusión los inumerables aciertos de Marx y Engels a la hora de formular teorizaciones. Pero proyectado a futuro, sus pensamientos arrojan limites, errores e inconsistencias; que los cambios verificados en el mundo capitalista desde fines del siglo XIX no han hecho más que agrandar. La centralidad del problema nacional, el ausentismo proletario frente al llamado de la revolución, el escaso desarrollo de la cuestión de los monopolios y el imperialismo (con relación a esta última temática nos referimos a cuestiones más políticas que económicas; como el modo en que el autor de Das Kapital concilió con el colonialismo británico en la India ) son algunos tópicos insoslayables.

Conclusiones pesimistas desde la razón aunque
de modo de optimizar la voluntad

Para cerrar estas líneas, formularemos algunas conclusiones del análisis desplegado a modo de balance.
1) Lo más acertado de Marx es su crítica a la dominación capitalista; tanto desde su carácter de sociedad explotadora como en la cerrazón para que las personas accedieran a un modo de vida humanista.
2) La pretensión de Marx de haber desarrollado (y casi agotado) las leyes a futuro de la humanidad resultan de un carácter insostenible y positivista.
3) No existen fundamentos serios para calificar al socialismo pensado por Marx como científico, por oposición a otros mentados como utópicos.
4) También resulta objetable la idea que la única clase verdaderamente revolucionaria es el proletariado industrial.
5) Por otra parte, existe en nuestro autor un inocultable matriz de euro centrismo.
Pese a los límites y errores señalados, las teorías de Marx ocupan un merecido sitio entre las concepciones que guían a los pueblos en sus siempre recomenzadas luchas por construir un futuro modos digno de ser llamado humanista. Pero es preciso leerlas con el espíritu crítico que resultaba tan deseable para el autor y no con las miradas dogmáticas propias de la desdichada izquierda que lo continuó.

R.I

Muestra de Periodismo Gráfico Suspendida









COMUNICADO DE PRENSA

Referido a la Muestra de Prensa Escrita.-

Por diversas razones hemos decidido suspender la iniciación de la misma, postergando su comienzo hasta una muy cercana ocasión.-

Las causas obedecieron a acortamiento del espacio disponible lo que nos impedía desarrollarla en plenitud. Del comienzo de un espacio de 4x4 se derivó a un espacio de 12mx1,80 para todo lo atinente a cultura y sin limitaciones e espacio un muestra conjunta. De esta manera nuestra participación se constreñía a la exhibición de fotos (pocas) en un muestreo del total de l actividad cultural.-Esto debido a la falta de espacio hacía que nuestra Sociedad pudiera llegar a considerarse causante de producción de falta de espacio para entidades culturales de larga trayectoria en la vida cultural de Tres de Febrero.-

Además por no bien entendidos deseos de nuestra Sociedad en participar de esta muestra desde la Subsecretaría de Prensa se manifestó que “los medios no participan en esta ocasión “.-cosa que nos desorientó respecto a la verdadera y única intención de sumarnos al festejo oficial del 40 aniversario de la creación del distrito.
Tenemos todo armado y fijaremos otra fecha antes de fin de año, de ser posible, para reunir el homenaje a la prensa escrita y al aniversario del distrito.-
Esta muestra fue un desafío que nuestra Sociedad se planteo en el ultimo aniversario del Día del Periodista y seguirá siendo ley motive de SOPÈTREF..

Agradecemos a todos los que nos alientan en esta tarea y a quienes sin egoísmos nos apoyaron en este esfuerzo de reunir el periodismo escrito con el aniversario del Distrito.-

EDMUNDO GARCIA (Presidente)-
TONY MAESTRI (Vicepresidente)
MARCELO SORDI (Secretario)